SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA CATEDRAL DE CÁDIZ

La Iglesia Catedral gaditana, madre de todas las iglesias de la diócesis y símbolo parlante de toda la comunidad de fieles, unida a través de su obispo y su presbiterio a la Iglesia Universal, tiene una historia llena de vicisitudes. Son dos las Catedrales, la Vieja y la Nueva, separadas en su emplazamiento, pero unidas por el palacio episcopal antiguo y el Pasillo del Obispo.

Las excavaciones realizadas en el subsuelo de la casa episcopal, pendientes de publicación, han llevado la cronología de la zona y su entorno remontándola muchos siglos antes de lo hasta ahora conocido con el descubrimiento de restos fenicios, púnicos, romanos y visigodos. La Catedral Vieja de Santa Cruz podría estar asentada en la que sería la primitiva paleocristiana y visigoda, aunque hasta ahora no hemos podido examinar visualmente un fragmento de inscripción aparecida en su atrio y que se añade al grabado de una cruz bajo un arco en el interior de las galerías del Teatro Romano de Gades en la última campaña dirigida por d. Ramón Corzo.

Con lo expuesto se va consolidando la opinión de que Santa Cruz ocupaba el lugar de la mezquita musulmana, cuando Alfonso X la construía en 1.262 de obra admirable en expresión de la bula de Urbano IV. La iglesia gótica perduró con algunas reformas realizadas en los siglos XV y XVI hasta que fue quemada por la escuadra angloholandesa comandada por el almirante Howard y el conde de Essex, que atacó, invadió y saqueó Cádiz en 1.596 hasta que la abandonó, ya incendiada, a mediados del mes de julio.

Hubo que levantar la actual iglesia columnaria de orden toscano y de estilo manierista, obra conjunta del ingeniero militar Cristóbal de Rojas y del maestro mayor del obispado Ginés Martín de Aranda, que se consagró el 15 de junio de 1.602. El siglo XVII trajo el enriquecimiento de la Catedral de Santa Cruz con el retablo mayor de Alejandro  de Saavedra, las capillas de los genoveses y de los vizcaínos, la capilla de las reliquias y cuadros e imágenes debidas al mecenazgo del obispo Fr. Alonso Vázquez de Toledo, y la portada lateral de mármoles genoveses de Andreoli. Fr. Gerónimo de la Concepción nos describe una catedral dotada de una dignidad acorde con su condición de primer templo de la diócesis. Pero la población creció y la ciudad alcanzó una gran prosperidad con el comercio de las Indias en la segunda mitad del citado siglo.

Cádiz logró el traslado, en 1.717, de la Casa de la Contratación y del Consulado de Cargadores de Sevilla. Había que dotar a la ciudad de un nuevo templo, y así, acorde con los nuevos tiempos y circunstancias, se puso la primera piedra en 1.722 con planos del maestro mayor Vicente Acero; había concebido una catedral que vino a ser el eslabón de las iglesias catedrales góticas y renacentistas españolas con las catedrales barrocas de América.

El ambicioso proyecto, iniciado y continuado con el cuartillo (el cuarto del uno por cien ) de los caudales venidos del Nuevo Mundo como pago de las mercancías enviadas a América por los comerciantes de Cádiz, hasta el año 1.796, en que se paralizaron las obras, dirigidas después de Vicente Acero, sucesivamente por Gaspar Cayón, Torcuato Cayón de la Vega, Miguel de Olivares y Manuel Machuca. Estos arquitectos trabajaron los estilos artísticos del barroco, el decorativo de la rocalla y rococó, el clasicista y el neoclásico.

La obra permaneció interrumpida hasta 1.832, en una época nada propicia para los grandes proyectos, en un siglo de revoluciones y decadencia del comercio, que afectaron sobre todo a Cádiz. Fr. Domingo de Silos Moreno cerró el templo no sin grandes gastos y desvelos y trasladó de Santa Cruz, la Catedral Vieja, a la Nueva, una vez consagrada el 28 de noviembre de 1.838, el culto catedralicio y la asistencia de los capitulares. Los obispos Arbolí y Arriete fueron completando en lo necesario lo  que faltaba, pero el sagrario, el claustro y demás dependencias quedaron sin construir por falta de medios económicos y, sobre todo, por la ocupación de los solares, donde estaban previstos, por una vía pública y por un almacén de materiales de una empresa de construcción.

El Cabildo Catedralicio de Cádiz se fue configurando con el paso del tiempo. En el siglo XVIII había alcanzado su composición definitiva constando de seis dignidades (deán, arcediano de Cádiz, tesorero, chantre, maestrescuela y arcediano de Medina Sidonia), cuatro canonjías de oficio (doctoral, lectoral, magistral y penitenciario), seis canonjías simples, cuatro racioneros y ocho medios racioneros. el Concordato entre la Santa Sede y España (1.851) estableció para Cádiz las cinco dignidades, cuatro canónigos y dieciséis beneficiados.

El régimen  del Cabildo Catedralicio fue evolucionando de la siguiente manera: Enmiendas de los estatutos del sínodo de D. Juan González (1.493), Estatutos de D. Pedro Fernández de Solis (1.493), Estatutos modernos de d. Antonio Zapata y Cisneros (1.589), Estatutos de d. Jaime Catalá y Albosa ( 1.882), Estatutos de D. Marcial López Criado (1.922) y los Estatutos de D. Antonio Dorado Soto, que están en vigor.

La Catedral Nueva estuvo sufriendo un proceso de degradación de sus piedras casi desde su apertura por haber permanecido sin cubrir en su totalidad, lo que obligó a clausurarla dos veces en las décadas de los setenta y ochenta. La restauración lenta y con intermitencia ha alcanzado un ritmo más regular y decidido en el pontificado de D. Antonio Ceballos Atienza con la conjunta colaboración de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura y el Obispado de Cádiz, esperándose la reanudación de las obras por el Ministerio de Fomento. Con lo restaurado y lo que se restaurará próximamente se tiene la esperanza de que no vuelva a cerrarse al culto una vez más la Catedral Nueva de Cádiz.

Un acontecimiento de singular relieve se produjo el lunes 8 de mayo de 2.000: La inauguración del Museo Catedralicio y de los Archivos Históricos y de Música en sus nuevas instalaciones de la Casa de Contaduría del Cabildo Catedralicio, en la Plaza de Fray Félix, s/n, por los Reyes Don Juan Carlos I y Doña Sofía. Se culminaba así un proceso largo de restauración del edificio, de instalación adecuada de los bienes de Arte Sacro y de los Archivos, con la colaboración del Ayuntamiento de Cádiz, el proyecto URBAN y la Junta de Andalucía.

 
 

SÍNTESIS HISTÓRICA DE LA CATEDRAL DE CEUTA

Sabemos que Justiniano mandó construir una basílica en Ceuta y que las crónicas árabes la identifican con la mez    quita mayor de la Medina Sebta, transformada durante los siete siglos de dominación islámica. al conquistar la Ciudad Juan I de Portugal, en 1.415, mandó bendecir  esa mezquita que se transformó en Iglesia Parroquial, bajo la advocación de la Asunción, hasta que la disposición papal de 1.418 la erigió en Catedral. Su planta era muy escasa: cuatro dignidades, siete canonjías y cuatro beneficios. A nosotros han llegado los estatutos de 1.572 y 1.580.

En 1.677 se demolió la mezquita-catedral poniéndose la primera piedra, bajo planos de Juan de Ochoa, en 1.686 y consagrándose en 1.726. Once años más tarde se hacían nuevos estatutos y reglas de coro, a los que han seguido otros en 1.883 y 1.924, los que manteniendo la denominación de catedral le daban planta de colegiata, a saber: Deán, dos canonjías de oficio, cuatro de oposición y otras tantas de libre nombramiento más seis beneficios y quince cargos menores entre capellanes, acólitos y demás.

Entre 1.949 y 1.958 se hizo una gran reforma del templo, tanto en fachada -dotándola de dos torres en vez de una- como en planta, tomando forma italiana, cambiando el coro de la entrada a la cabecera y dotándola de girola, bajo planos del arquitecto José Blein.

A partir de los setenta no tiene actividad el cabildo y desde 1.987 cuenta con un pequeño museo.

 

 

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